El insomnio es un problema heterogéneo: en unas personas predomina la dificultad para conciliar (insomnio inicial) y en otras la dificultad para mantener el sueño (despertares, sueño ligero). No existe una única intervención eficaz para todos; la evidencia sugiere que combinar estrategias aumenta la probabilidad de mejora y la estabilidad a largo plazo.
El cerebro regula el sueño a través de procesos eléctricos y químicos que se influyen mutuamente. Por eso, tiene sentido integrar psicoterapia (CBT-I), medidas médico-farmacológicas cuando son necesarias y Neurofeedback para abordar diferentes niveles del sistema nervioso.
Psicoterapia: CBT-I como primera línea
La Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (CBT-I) es el tratamiento con mayor respaldo para reducir la severidad del insomnio y consolidar resultados. En nuestro centro la aplicamos como base del plan:
Control de estímulos: re-asociar la cama al dormir (y no a la vigilia/rumiación).
Restricción/Consolidación del sueño: ajustar el tiempo en cama para aumentar eficiencia y profundidad del sueño.
Reestructuración cognitiva: trabajar creencias y expectativas que mantienen la hiperalerta nocturna.
Planificación de la preocupación y técnicas de desactivación pre-sueño.
Educación cronobiológica: horarios, luz, siestas, actividad física.
Adaptamos los módulos a tu perfil: si cuesta iniciar el sueño, priorizamos desactivación y control de estímulos; si el problema es mantenerlo, trabajamos estabilidad, horarios y consolidación.
Psiquiatría y medicina del sueño: apoyo cuando hace falta
En algunos casos se valora un apoyo farmacológico de forma temporal y pautada (p. ej., hipnóticos de corta duración, melatonina/cronobiológicos, ansiolíticos en fases agudas) o el tratamiento de comorbilidades:
Descartar y tratar apnea del sueño, síndrome de piernas inquietas, dolor crónico, depresión/ansiedad.
Revisar sustancias que impactan el sueño (cafeína, alcohol, nicotina, fármacos activadores).
Si ya existe medicación, coordinamos los ajustes con el prescriptor y diseñamos estrategias de deprescripción gradual cuando procede.
El objetivo no es “vivir a base de pastillas”, sino facilitar la intervención conductual y consolidar cambios duraderos.
Neurofeedback: reentrenar el sistema nervioso para dormir
El Neurofeedback actúa sobre la actividad eléctrica del cerebro en tiempo real. Con sensores de EEG y retroalimentación audiovisual, entrenamos los patrones que favorecen el sueño:
Reducir hiperactivación (beta/alta-beta) asociada a mente acelerada y rumiación nocturna.
Potenciar SMR (12–15 Hz) y husos (rango sigma) para estabilizar NREM y disminuir microdespertares.
Mejorar la autorregulación autonómica (calma fisiológica) antes de dormir.
Cómo lo integramos:
Evaluación inicial: entrevista clínica + qEEG, ISI/PSQI y diario del sueño.
Protocolo personalizado: sitios de entrenamiento, frecuencias a reforzar/inhibir, 2–3 sesiones/semana (30–45 min), programa orientativo 20–40 sesiones.
Reevaluaciones: mini-chequeo en sesión 8–12 y qEEG intermedio en 18–24 para refinar el protocolo.
Alta y mantenimiento: qEEG final, plan de prevención de recaídas.
Sin sustituir a la CBT-I, el Neurofeedback puede potenciar la reducción de hiperalerta y la estabilidad del sueño, especialmente cuando el componente fisiológico está muy presente.
Otras intervenciones que suman
Higiene del sueño y rutinas pre-sueño realistas.
Luz matinal y control de pantallas por la noche (ritmos circadianos).
Relajación/respiración y biofeedback de HRV para bajar arousal.
Mindfulness/MBSR para disminuir rumiación y mejorar la relación con el descanso.
Actividad física y manejo de dolor/estrés.
- Estimulación Magnética Transcraneal está consiguiendo buenos resultados