¿Cómo puede afectar utilizar ChatGPT como psicólogo? Consecuencias de un uso inadecuado

¿Cómo puede afectar utilizar ChatGPT como psicólogo? Consecuencias de un uso inadecuado

En tiempos recientes, la inteligencia artificial (IA) ha cambiado diversos aspectos de nuestra vida diaria, desde el ámbito educativo y la atención médica hasta la comunicación y el entretenimiento. Uno de los desarrollos más notorios es la aparición de modelos de lenguaje, como ChatGPT, que son capaces de sostener charlas fluidas, escribir informes, sintetizar contenido o responder dudas de manera rápida y con aparente lógica. Este tipo de tecnología genera tanto emoción como inquietud, especialmente cuando se considera su uso en el campo de la psicología clínica.

Una inquietud común es: ¿puede ChatGPT reemplazar a un psicólogo? La respuesta, en este momento, es clara: no. No obstante, existe la tentación de usar estas herramientas en lugar de la terapia psicológica, y es crucial examinar sus efectos. En este artículo, discutiremos los peligros, limitaciones y algunas formas en que la IA podría complementar la práctica psicológica, con el objetivo de informar tanto a los pacientes como a los profesionales.

La esencia de ChatGPT: una herramienta de palabras, no un terapeuta

Primero, es importante entender que ChatGPT no es un experto en salud mental, sino un programa de lenguaje diseñado para crear respuestas escritas basadas en patrones de datos. Su «conocimiento» no proviene de experiencia en clínica ni de una comprensión profunda de las emociones humanas, sino de su habilidad para predecir qué términos suelen seguir a otros dentro de un contexto.

Esto significa que, aunque sus respuestas puedan parecer comprensivas o bien fundamentadas, le faltan las capacidades esenciales de un psicólogo: estudios universitarios, entrenamiento bajo supervisión, habilidades de escucha activa, entendimiento del contexto personal del paciente y responsabilidad ética. La IA no evalúa riesgos reales, no puede realizar diagnósticos precisos y no asume la responsabilidad de los consejos que brinda.

Peligros clínicos de emplear a ChatGPT como psicólogo

-Diagnósticos inexactos o incompletos

Una persona que pregunte a ChatGPT sobre sus síntomas puede recibir respuestas generales basadas en información estadística, pero no una evaluación clínica adecuada .Esto podría llevar a malentendidos sobre su propio estado de salud, retardar la búsqueda de asistencia profesional o incluso agravar los síntomas.

-Consejos inadecuados o perjudiciales

Aunque ChatGPT está diseñado para evitar recomendaciones riesgosas, no siempre capta matices sutiles. Por ejemplo, en el caso de una depresión grave con pensamientos suicidas, la IA puede no responder con la urgencia o la intervención que un psicólogo o psiquiatra haría.

-Pérdida de la relación terapéutica
Uno de los elementos más importantes en la psicoterapia es la relación terapéutica: el lazo de confianza entre el paciente y el terapeuta. Esta conexión permite que el paciente se sienta escuchado, entendido y apoyado en su proceso de transformación. Debido a su propia naturaleza, ChatGPT no puede proporcionar una conexión emocional genuina ni ofrecer apoyo auténtico, lo que reduce la efectividad del acompañamiento.

-Peligro de dependencia tecnológica

El uso de la inteligencia artificial como reemplazo de un terapeuta puede promover una dependencia de respuestas automáticas. La persona puede acostumbrarse a acudir a ChatGPT para cada inquietud emocional, en vez de adquirir habilidades para enfrentar sus problemas de manera independiente.

Implicaciones éticas y sociales

-Confidencialidad y privacidad

En el ámbito clínico, la confidencialidad es un principio ético fundamental. Los terapeutas tienen la obligación legal de resguardar la información sensible de sus pacientes. Por el contrario, al interactuar con una inteligencia artificial, los datos compartidos pueden ser almacenados y utilizados para entrenar modelos, lo que genera riesgos en la seguridad y posibles filtraciones de datos personales.

-Desigualdades en el acceso a la salud mental

El uso indiscriminado de la IA como alternativa a la terapia puede reforzar la creencia de que “cualquiera puede recibir tratamiento solo con un chatbot”, lo que podría desviar a personas vulnerables de buscar ayuda profesional. A largo plazo, esto podría agravar problemas de salud pública, especialmente en grupos con menos recursos.

-Deshumanización del cuidado

La psicología no se limita a técnicas o métodos: es un campo que aborda la experiencia humana en su totalidad. Confiar este proceso a una máquina puede llevar a una perspectiva reduccionista y deshumanizada del dolor psicológico.

-Usos positivos y complementarios

No todo es negativo. La inteligencia artificial, incluyendo ChatGPT, podría ser una herramienta útil si se emplea de manera responsable y bajo la supervisión de profesionales. Algunos ejemplos incluyen:

Psicoeducación: proporcionar información básica sobre trastornos, métodos de relajación o hábitos saludables.

Apoyo entre sesiones: recordar pautas, ejercicios o tareas que el terapeuta ha asignado.

Accesibilidad: actuar como un primer punto de contacto para quienes no se atreven aún a buscar terapia, sirviendo de puente hacia un tratamiento efectivo.

Optimización del trabajo clínico: asistir a los terapeutas en la redacción de informes, preparación de materiales o sistematización de datos, siempre asegurando la supervisión de un ser humano.

De este modo, el potencial de la inteligencia artificial no radica en reemplazar al terapeuta, sino en enriquecer sus recursos y facilitar el acceso a atención para más personas de manera eficiente.

-La relevancia de la regulación y la ética profesional

Con el avance tecnológico tan acelerado, es urgente establecer normativas legales y éticas claras sobre la utilización de la inteligencia artificial en la psicología. Algunas medidas claves podrían ser:

-Asegurar la transparencia: informar a los usuarios que están interactuando con una máquina.

-Establecer límites de uso: impedir que la IA realice diagnósticos clínicos o intervenciones sin supervisión de un profesional.
Proteger la privacidad de la información compartida.

-Fomentar la capacitación de los psicólogos en habilidades digitales, para que puedan incorporar estas herramientas de manera segura en su trabajo.

Conclusión: la importancia inigualable de la terapia humana

En resumen, emplear ChatGPT como sustituto de un psicólogo presenta grandes peligros: errores de diagnóstico, consejos inapropiados, ruptura de la relación terapéutica, problemas de privacidad y deshumanización del cuidado. Aunque la inteligencia artificial puede ser una herramienta útil para la difusión de información o apoyo técnico, jamás debería reemplazar el verdadero proceso terapéutico.

El dolor humano necesita algo que las máquinas no pueden ofrecer: la verdadera presencia de otro ser humano, la empatía real, la escucha atenta y la responsabilidad ética.

En nuestro centro de psicología creemos que la tecnología debe servir a las personas, y no al revés.