Ansiedad. Cómo manejar desastres y situaciones de alarma

Ansiedad. Cómo manejar desastres y situaciones de alarma

La ansiedad se acentúa en os desastres y las situaciones de alerta, eventos que, por su naturaleza, provocan inseguridad, temor y tensión en las personas. Desde fenómenos naturales como sismos, inundaciones o fuegos forestales, hasta crisis de salud pública o disturbios sociales, estos periodos desafían nuestra capacidad de adaptación y nuestra habilidad para mantener la serenidad. No obstante, es factible aprender a manejar estas circunstancias de forma saludable, cuidando nuestra salud emocional y la de las personas que nos rodean.

Este artículo discutirá tácticas y sugerencias prácticas para enfrentar desastres y estados de alarma desde un enfoque psicológico, fomentando el bienestar emocional y fortaleciendo nuestras habilidades de recuperación.

Puedes contar con nuestro centro de Tratamiento para la ansiedad, en Madrid. Siempre te atenderá el mismo psicólogo, que te asegura anonimato y confianza.

Este tratamiento psicológico también lo tienes disponible de manera online.

Identificar y aceptar nuestras emociones

Reconocer su existencia y aceptarlas sin criticarnos. Permitirse sentir lo que estamos viviendo nos ayuda a procesar esas emociones de forma saludable y previene que se acumulen o se expresen de manera incontrolada.

La práctica de la atención plena o mindfulness puede ser muy beneficiosa en este camino. Dedicar algunos minutos diarios a respirar profundamente y observar nuestros pensamientos y emociones sin emitir juicios nos ayuda a mantenernos en el aquí y ahora, reduciendo así la ansiedad.

Mantener una rutina y cuidar nuestra salud física

En tiempos de crisis, la rutina puede sufrir interrupciones, pero es esencial mantener ciertos hábitos básicos para nuestro bienestar. Dormir adecuadamente, comer de manera equilibrada, hacer ejercicio moderado y cuidar la higiene son acciones que refuerzan nuestro sistema inmunológico y estabilizan nuestro estado emocional.

Fijar horarios para las actividades cotidianas, incluso durante el aislamiento o confinamiento, ayuda a crear estructura y a brindar una sensación de control en medio del desorden.

Buscar información de manera responsable

La información es una herramienta valiosa, pero también puede generar ansiedad si se consume en exceso o si no proviene de fuentes fiables. Se recomienda reducir la exposición a noticias y redes sociales, eligiendo momentos específicos para informarse y evitando la sobrecarga de información negativa.

Consultar fuentes oficiales y actualizadas y evitar rumores o noticias sensacionalistas ayuda a disminuir la inseguridad y el temor.

Establecer conexiones con otros y buscar apoyo social

El apoyo social es uno de los recursos más valiosos durante periodos de crisis. Compartir nuestras emociones y preocupaciones con familiares, amigos o profesionales de salud mental nos ayuda a sentirnos acompañados y comprendidos.

No dudes en pedir ayuda si sientes que la carga emocional es demasiado pesada. La terapia psicológica, ya sea presencial o a través de internet, puede proporcionar un espacio seguro para expresar tus sentimientos y aprender formas efectivas de afrontamiento.

Practicar actividades de relajación y gestión del estrés

Las metodologías de relajación, como la respiración profunda, la meditación, el yoga y la visualización guiada, son herramientas efectivas para disminuir la ansiedad y el estrés. Dedicar unos minutos cada día a estas actividades puede tener un impacto significativo en la forma en que manejamos las circunstancias.

Además, actividades como escuchar música, leer, dibujar o involucrarse en proyectos creativos también nos ayudan a distraernos y a expresar nuestras emociones de manera saludable.

Concéntrese en lo que puede controlar

Durante las crisis, hay muchas cosas que escapan a nuestro control, pero siempre podemos actuar sobre ciertos aspectos.  Al centrarnos en esas acciones, sentimos que tenemos más control y minimizamos la sensación de impotencia.

Reconoce y acepta tus emociones: Es común sentir miedo, tristeza o confusión. Permítete sentir estas emociones sin criticarte, ya que aceptarlas es el primer paso para manejarlas sanamente.

Establece una rutina y cuida tu bienestar físico: Aunque las circunstancias puedan modificar tu jornada diaria, esforzarte por mantener horarios consistentes, dormir lo suficiente, comer de manera equilibrada y realizar actividad física es beneficioso para tu bienestar emocional y físico.

Infórmate de manera responsable: Busca datos en fuentes confiables y busca limitar el tiempo que dedicas a las noticias. Esto te ayudará a disminuir la ansiedad y a mantenerte informado sin sentirte agobiado.

Busca compañía social: Compartir lo que sientes con familiares, amigos o profesionales te ofrece apoyo emocional y te ayuda a sentirte acompañado en tiempos difíciles.

Aplica técnicas de relajación: La respiración profunda, la meditación o 

participar en actividades creativas pueden ayudar a reducir el estrés y a mantener la calma en situaciones inciertas.

Concentra tu atención en lo que puedes controlar: Aunque hay muchas cosas que no dependen de ti, enfocarte en acciones concretas que sí puedes llevar a cabo te proporcionará una sensación de control y paz.

Conclusiones

Afrontar una crisis o estado de alerta implica reconocer nuestras emociones, mantener hábitos saludables, informarnos de manera responsable, buscar apoyo, aplicar técnicas de relajación y centrarnos en lo que podemos controlar. Con estas estrategias, podemos aumentar nuestra resiliencia y cuidar nuestra salud mental en tiempos complicados.

Lo más importante es intentar no perder la calma. Recuerda que no estás solo y que pedir ayuda es siempre una opción valiosa.