Autismo

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Hablamos de autismo

Los trastornos del espectro autista (TEA), son una discapacidad del desarrollo originada por diferencias en el cerebro. En estos últimos años, ha aumentado la utilización de la neurorretroalimentación o, Neurofeedback en autismo y déficit de atención , que se basa en el registro y en el análisis automático de la actividad eléctrica cerebral.Los científicos desconocen en concreto qué produce estas diferencias en la mayoría de las personas con TEA. Algunas tienen una diferencia conocida, como una afección genética. Existen muchas causas para los TEA, si bien aún la mayoría son desconocidas.

No suele haber indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien de otras personas, pero es posible que se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras diferentes a otras personas. Las capacidades de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay personas con muy altos niveles de capacidad y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.

El diagnóstico de TEA incluye muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado, incluyendo el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera, y el síndrome de Asperger. A todas estas afecciones se las denomina trastornos del espectro autista.

Los TEA empiezan antes de los 3 años de edad y duran toda la vida de la persona; pero los síntomas pueden mejorar con el tiempo. Algunos niños con TEA muestran indicios de problemas futuros en los primeros meses de vida, pero es posible que los síntomas no se manifiesten hasta los 24 meses o incluso después.

Algunos niños con un TEA parecen desarrollarse de manera normal hasta los 18 a 24 meses de edad y después dejan de adquirir destrezas nuevas o pierden las que tenían antes. Los estudios realizados han mostrado que entre un tercio y la mitad de los padres de niños con TEA observaron un problema antes del primer año de vida de sus hijos y entre el 80 % y 90 % de los padres detectaron problemas antes de los 24 meses.

Es importante destacar que algunas personas que no tienen un TEA pueden presentar algunos de los síntomas. Pero, en el caso de las personas con TEA, los problemas hacen que la vida sea muy difícil.

Signos de alarma

Las personas con un TEA pueden presentar las siguientes características:

-No responder a su nombre para cuando tienen 12 meses de edad.

-No señalar las cosas para demostrar su interés, para cuando tienen 14 meses de edad.

-No jugar juegos de simulación, para cuando llegan a los 18 meses de edad.

-Evitar el contacto visual y querer siempre estar solos.

-Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.

-Presentar retrasos en las destrezas del habla y el lenguaje.

-Repetir palabras o frases una y otra vez.

-Dar respuestas no relacionadas con las preguntas que se les hace.

-Irritarse con los cambios pequeños.

-Tener intereses obsesivos.

-Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.

-Tener reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.

Destrezas sociales

Los problemas sociales son uno de los síntomas más comunes de todos los tipos de TEA. Los problemas sociales de las personas con un TEA no son simplemente “dificultades” sociales, como ser tímidos, son dificultades sociales que pueden generar problemas graves en la vida diaria.

Por ejemplo:

-No responder al nombre cuando tienen 12 meses de edad.

-Evitar el contacto visual.

-Preferir jugar solos.

-No compartir intereses con los demás.

-Interactuar únicamente para llegar a una meta deseada.

-Tener expresiones faciales apáticas o inadecuadas.

-No comprender los límites del espacio personal.

-Evitar o resistirse al contacto físico.

-No sentir el consuelo que le dan otras personas cuando están angustiados.

-Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.

Los bebés con un desarrollo típico se interesan por el mundo y las personas que los rodean.

Los niños con un desarrollo típico también muestran interés por los juegos sociales como las escondidas y las palmaditas con las manos. Los niños pequeños con un TEA pueden tener mucha dificultad para aprender a interactuar con otras personas.

Es posible que algunas personas con TEA no se interesen en absoluto en los demás. Otras, tal vez, quieran tener amigos, pero no comprendan cómo entablar las relaciones de amistad.

Las personas que tienen un TEA pueden tener problemas para demostrar sus sentimientos o hablar de ellos. También es posible que tengan problemas para comprender los sentimientos de los demás.

Muchas personas con un TEA son muy sensibles al tacto y, posiblemente, no quieran que se las abrace. Los comportamientos autoestimulantes son habituales en las personas con TEA. La ansiedad y la depresión también afectan a algunas personas que tienen un TEA. Todos estos síntomas pueden hacer que los otros problemas sociales sean aún más difíciles de manejar.

Comunicación

Cada persona con TEA tiene distintas habilidades de comunicación. Algunas pueden hablar bien, otras no pueden hablar en absoluto o hablan muy poco. Cerca del 40% de los niños con un TEA no hablan nada. Entre el 25% y el 30% de los niños con TEA dicen algunas palabras entre los 12 y 18 meses de edad y después dejan de hacerlo.

Pueden usar el lenguaje de maneras poco habituales. Es posible que no puedan poner palabras en oraciones reales. Algunas personas con TEA dicen solo una palabra por vez, otras repiten las mismas palabras o frases una y otra vez. Algunos niños repiten lo que dicen los demás, una afección que se denomina ecolalia.

Pueden tener dificultades para usar y comprender los gestos, el lenguaje corporal o el tono de voz. Es posible que las expresiones faciales, los movimientos y los gestos no coincidan con lo que están diciendo. Por ejemplo, es posible que sonrían cuando dicen algo triste.

Podrían hablar mucho sobre algo que les gusta, en lugar de tener una conversación recíproca con la otra persona. Algunos niños con destrezas de lenguaje bastante buenas hablan como pequeños adultos, sin poder expresarse como se expresan comúnmente los niños.

Intereses y comportamientos poco frecuentes

Algunos ejemplos de intereses y comportamientos poco habituales relacionados con los TEA:

-Formar líneas con juguetes u otras cosas

-Jugar con los juguetes de la misma forma todas las veces.

-Mostrar interés por partes de los objetos

-Ser muy organizados.

-Irritarse con los cambios pequeños.

-Tener intereses obsesivos.

-Tener que seguir determinadas rutinas.

-Aletear las manos, mecerse o girar en círculos.

Los movimientos repetitivos son acciones que se repiten una y otra vez.

Las personas con TEA se desenvuelven si tienen rutinas. Un cambio en la rutina habitual del día, como hacer una parada en el camino de la escuela al hogar, puede ser algo muy angustiante para las personas con TEA. Podrían “perder el control” y tener una “crisis”, en especial si están en un lugar desconocido.

También podrían crear rutinas que parecen inusuales. Si no se les permite seguir un tipo de rutina, esto puede provocar gran frustración y berrinches.

Otros síntomas

Algunas personas con TEA tienen otros síntomas:

-Hiperactividad (exceso de actividad)

-Impulsividad (actuar sin pensar)

-Corta capacidad de concentración

-Agresión

-Autolesionarse

-Berrinches

-Hábitos de alimentación y sueño poco habituales

-Estado de ánimo o reacciones emocionales poco habituales

-Falta de miedo o más miedo de lo esperado

-Reacciones poco habituales al sonido, el olor, el gusto, el aspecto o el tacto de las cosas

Pueden tener respuestas poco habituales al tacto, el olor, los sonidos, el aspecto y el gusto de las cosas. Por ejemplo, es posible que tengan poca reacción o una reacción exagerada al dolor o a un ruido fuerte.

Podrían tener hábitos alimentarios anormales. Algunos limitan su alimentación únicamente a algunas comidas. Otros pueden comer cosas que no son comestibles como tierra o piedras. Además, podrían tener problemas como estreñimiento o diarrea crónicos.

Pueden tener hábitos del sueño extraños. También pueden tener estados de ánimo o reacciones emocionales anormales. Es posible que se rían o lloren en momentos inusuales, o bien, que no demuestren una respuesta emocional en momentos en los que es de esperarse. Además, es posible que no les tengan miedo a cosas peligrosas y que le tengan miedo a objetos o situaciones inofensivos.

Desarrollo

Los niños con TEA se desarrollan a ritmos diferentes en áreas distintas. Es posible que muestren un retraso en las destrezas del lenguaje, sociales y del aprendizaje, mientras que sus destrezas para caminar y trasladarse sean prácticamente iguales a las de otros niños de su edad. Es posible que sean muy buenos para armar rompecabezas pero que tengan dificultades con actividades como hablar o hacerse amigos.

Los niños con un TEA también podrían aprender una destreza difícil antes de aprender una más sencilla.

Los niños se desarrollan a su propio ritmo, de modo que puede ser difícil predecir exactamente cuándo aprenderán una destreza en particular. Pero existen indicadores del desarrollo específicos para cada edad que se usan para medir el progreso social y emocional de un niño durante los primeros años de vida.

Conclusiones

El autismo se caracteriza por dificultades en la interacción y en la comunicación social, conductas repetitivas y estereotipadas e intereses limitados. La falta de diagnóstico en los adultos conduce a tratamientos inadecuados y derivaciones repetidas.

Tipos de terapia para el TEA:        

-Terapia de manejo de la conducta

-Terapia cognitivo-conductual

-Intervención temprana

-Terapias educativas y basadas en la escuela

-Terapia para mejorar la atención conjunta

-Tratamiento con medicamentos

-Terapia nutricional

-Terapia ocupacional

-Terapia mediada por los padres

-Fisioterapia

-Entrenamiento para el desarrollo de habilidades sociales

-Terapia del habla y del lenguaje

En la actualidad no existe un tratamiento estándar para el trastorno del espectro autista.

Muchas personas con TEA se benefician con el tratamiento, sin importar qué edad tenían cuando recibieron el diagnóstico. Personas de todas las edades y con todos los niveles de capacidad pueden mejorar luego de intervenciones bien diseñadas.