Cleptomanía, ¿cómo tratarla?

Cleptomanía, ¿cómo tratarla?

La terapia cognitiva conductual es uno de los tratamientos que pueden ayudar a combatir la cleptomanía, un trastorno mental que se caracteriza por la incapacidad repetida de resistir el impulso de robar objetos que, generalmente, no necesitas.

Puedes contar con nuestro centro de Psicología experto en la terapia cognitiva conductual, en Madrid, donde tu psicólogo de confianza te ayudará en lo que necesites.

Robar es un delito que se realiza de forma voluntaria y consciente, y su objetivo principal es obtener el bien o producto con la intención de usarlo o lograr algún tipo de beneficio económico.

Sin embargo, hay personas que no roban por esta razón y que incluso pueden devolver lo robado, ya que lo que les lleva al hurto es la necesidad de disminuir la tensión y una falta de control sobre sus impulsos. Estas son las personas que padecen cleptomanía.

La cleptomanía se basa en el impulso de tomar productos de venta y llevárselos sin pagar, dado que lo atractiva de esta acción es romper la propiedad privada.

Síntomas de la cleptomanía

El robo no es un acto planeado ni deliberado, sino que ocurre como respuesta a la tensión o como una liberación emocional para calmar sus impulsos. Es un acto casi automático y parcialmente involuntario que surge de la necesidad.

El motivo del robo no es económico, y tampoco se realiza con la intención de vengarse o expresar enojo.

La cleptomanía es uno de los trastornos del control de los impulsos, grupo que incluye este trastorno, la piromanía y el trastorno explosivo intermitente, y que se caracteriza por la dificultad para controlar impulsos, emociones y deseos que aparecen de forma repentina e irresistible, sin que exista otra alteración cognitiva o psiquiátrica.

El robo se convierte en un acto compulsivo, adquiriendo cualidades adictivas y funcionando de manera similar a los trastornos obsesivos.

Epidemiología

La cleptomanía es un trastorno raro y representa menos del 5% de los robos que se cometen. Esta condición puede aparecer en diferentes edades, incluyendo la infancia o adolescencia y en pocos casos en la adultez. Es más común en mujeres jóvenes. En algunas ocasiones, se resuelve por sí misma, aunque a veces reaparece debido a situaciones estresantes o persiste durante años.

Algunas clasificaciones diagnósticas como la CIE indican que al menos deben haberse presentado entre dos o tres episodios para poder diagnosticarlo.

Resulta importante señalar que aunque el robo no se puede explicar por otros trastornos, es común que exista comorbilidad con otras condiciones (que ocurren conjuntamente como cleptomanía y otro trastorno). Entre las más comunes se encuentran el alcoholismo, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, la depresión mayor o los trastornos de la conducta alimentaria.

Cómo afecta en la vida diaria

El cleptómano puede experimentar culpa por su acción, y es consciente de que está cometiendo un robo, pero se siente incapaz de resistirse a llevarse el objeto. De hecho, no es raro que una vez robado el objeto, este sea devuelto al lugar o persona de quien se lo tomó. No es inusual que surjan síntomas como vergüenza y remordimiento, que pueden interferir en la vida diaria de la persona.

Además, es frecuente que sean atrapados en el acto y enfrenten problemas legales, lo que puede llevar a una condena de prisión. Esto puede ocasionar dificultades a nivel social, hasta el punto de generar conflictos interpersonales e incluso ser rechazados por su entorno, o tener problemas en el ámbito laboral.

La falta de control sobre los impulsos puede hacer que la persona sienta poca autoeficacia, lo que puede resultar en una sensación de escaso control sobre su vida y llevar a problemas de estado de ánimo. También pueden conducir a conductas de acumulación de los objetos robados.

Tratamiento de la cleptomanía

La cleptomanía es una condición que requiere tratamiento. Existen muchos tipos de terapia e intervención, tanto psicológicos como farmacológicos, y generalmente se utiliza una combinación de ambos.

Podemos encontrar primero la terapia cognitiva conductual, la cual ayudará al paciente a tomar mayor conciencia de sus pensamientos negativos, y a ser más resolutivo en diversas situaciones.

En segundo lugar, se encuentra la desensibilización sistemática, donde se expone al sujeto a situaciones que le causan ansiedad para que las enfrente con conductas que no generen ansiedad, o realizando conductas alternativas al robo. Otra opción es la exposición con prevención de respuesta.

La psicoeducación también es muy útil tanto para el individuo como para su entorno, dada la escasa comprensión social de este trastorno. También se han mostrado eficaces enfoques como la terapia de aceptación y compromiso.

A nivel farmacológico se han observado fármacos antidepresivos como los ISRS (que se usan tanto en depresión como en TOC), especialmente algunos como la fluoxetina o la fluvoxamina, como eficaces. Aunque estos son fármacos preferidos, también se han usado estabilizadores del estado de ánimo, anticonvulsionantes o incluso fármacos útiles en el alcoholismo como la naltrexona para tratar la cleptomanía, y han mostrado cierto éxito.

Conclusiones

Uno de los problemas más notables en el tratamiento de la cleptomanía es la dificultad que tiene el paciente para reconocer su problema. Es común que los cleptómanos sientan vergüenza, lo que les impide buscar ayuda, complicando así el acceso a la fase de tratamiento.

Es muy importante mantener la calma y mostrar de manera compasiva que deseas ayudarle. A veces, podemos hablarles sobre las posibles consecuencias si los atrapan, siempre con un tono de asesoría y evitando acusaciones.

Consulta a tu profesional de salud mental para que te ayude a resolver el problema.