Disfunción eréctil. ¿Cómo podemos solucionarla?

Disfunción eréctil.

Introducción a la disfunción eréctil

Denominamos disfunción eréctil o impotencia sexual masculina, a la incapacidad persistente en conseguir o mantener una erección o mantenerla con la suficiente firmeza para tener una relación sexual de plena satisfacción.

Tener problemas de erección de forma esporádica no es motivo para preocuparse. En cambio, si la disfunción eréctil es un problema continuo, puede provocarnos ansiedad y estrés, afectarnos en nuestra autoestima y causar problemas en las relaciones de pareja.

El problema de conseguir una erección y mantenerla debe ser diagnosticado por un profesional sanitario, ya que necesita tratamiento, aparte de considerarse un riesgo de enfermedades cardiovasculares. No lo tenemos que considerar una enfermedad, pero sí un síntoma.

Si estás preocupado por lo que te ocurre pierde la vergüenza, tu médico te atenderá con todos los medios de los que se dispone. En diversos casos se podrían necesitarse medicamentos.

Tenemos que distinguir la impotencia de otros problemas sexuales, como son la falta de deseo, la eyaculación (retrasada, prematura y ausencia de eyaculación) o los trastornos del orgasmo.

El Dr. Manuel Girón de Francisco, del Servicio de Urología del Hospital Universitario “La Paz”, en Madrid, apunta que, en ausencia de una causa psicológica, es un síntoma de una afectación de nervios y vasos responsables de la erección, bien sea por diabetes, obesidad, sedentarismo, tabaquismo, hipertensión por el envejecimiento con la edad, de la disfunción eréctil.

Es un problema muy común que si no se trata puede llegar a perjudicar las relaciones con la pareja, la familia y el entorno social y laboral.

Síntoma de la disfunción eréctil

El principal síntoma es un cambio en la calidad de la erección, tanto en términos de rigidez como en la capacidad de mantenerla.

Si se origina por causas físicas, una de las principales señales es cuando se despierta por la mañana.

Por lo contrario, si se produce por causas psicológicas, la impotencia suele producirse durante un periodo de tiempo determinado. Si persiste durante más de tres meses la disminución del deseo sexual se deberá buscar ayuda de un urólogo.

En un principio, acude a tu médico de familia, él te derivará al especialista

Causas:

Psicológicas

En estos casos, el pene no presenta ninguna alteración física, pero la ansiedad (provocada con asiduidad por el miedo a no conseguir una erección y defraudar a la mujer), o la depresión, problemas con la pareja y el estrés, pueden afectar al acto sexual.

Influyen también la preocupación por problemas de trabajo, familiares y sociales, que conlleva a que no se dedique la atención necesaria al acto sexual. La falta de ejercicio, la fatiga, la inapetencia, el insomnio o un fracaso laboral favorecen la disminución de las erecciones sexuales.

Vasculares

Son muy frecuentes. El pene no acumula la sangre necesaria para que se produzca una erección, no llega en suficiente cantidad. Ser hipertenso, fumar, tener diabetes, padecer de algunas enfermedades cardiacas y el colesterol alto en sangre provocan trastornos vasculares que dificultan la erección.

Neurológicas

En este caso se produce una interrupción en el envío de mensajes del cerebro al pene porque existe una lesión en los nervios implicados.

Ocurre con las lesiones de la médula espinal, la esclerosis múltiple o tras alguna intervención quirúrgica en la pelvis.

Hormonales

Son muy poco frecuentes. Suele deberse a una falta de hormonas sexuales masculinas.

Existen varios medicamentos que tienen como efecto secundario reducir la capacidad de tener una erección. Hay algunos fármacos para la hipertensión, los trastornos psiquiátricos y las enfermedades cardiacas.

A veces, la disfunción eréctil se debe a la mezcla de cuestiones físicas y psicológicas.

Otras causas son:

  • Enfermedad de Parkinson
  • Abuso de alcohol y de otras adicciones
  • Trastornos del sueño
  • Tratamientos contra el cáncer de próstata o el agrandamiento de la próstata
  • Cirugías o lesiones que afecten la zona pélvica o la médula espinal

Complicaciones

Las complicaciones derivadas de la disfunción eréctil pueden comprender:

  • Una vida sexual no satisfactoria
  • Vergüenza o baja autoestima
  • Estrés o ansiedad
  • Problemas de pareja
  • La imposibilidad de dejar embarazada a tu pareja

Disfunción eréctil.

Prevención

La medida que los hombres deben tener en cuenta para evitar la aparición de la disfunción eréctil es el cambio del estilo de vida, llevar una vida saludable y así evitar los hábitos que perjudican a las venas y arterias, como beber, fumar y el consumo de grasas saturadas, la falta de ejercicio y el estrés.

Los diferentes tipos de disfunción eréctil los podemos clasificar en:

Leves, moderados y graves.

Tratamiento

Un gran número de médicos proponen de que la elección de los tratamientos para la disfunción eréctil deberían ir de menos a más invasivos. Lo primero, llevar un estilo de vida sana, después iniciando terapia psicológica y, por último, la cirugía.

La ayuda psicológica es muy apropiada en hombres de menos de 40 años, ya que en estos casos la causa de la enfermedad suele ser psicológica.

Incluso en casos de impotencia por problemas físicos, muchos hombres necesitan ayuda de psicoterapia para poder superar problemas de autoestima derivados de esta enfermedad.

Antes de tomar cualquiera de los fármacos beneficiosos para la disfunción eréctil es de vital importancia consultar con tu especialista, medicamentos como el tadalafilo, comercializado con el nombre de Cialis, que hace aumentar el flujo sanguíneo en el pene siempre en presencia de estimulación sexual.

Hay que ingerir este fármaco 30 minutos antes de mantener una relación sexual y su eficacia puede llegar a las 24 horas después de la administración

El vardenafilo, también llamado Levitra, aumenta el flujo sanguíneo en el pene siempre en presencia de estimulación sexual. Su toma debe realizarse entre 25 y 60 minutos antes de comenzar la relación sexual y su efecto dura hasta 5 horas.

El sildenafilo, conocido como la famosa Viagra, también actúa aumentando el flujo sanguíneo en el pene siempre en presencia de estimulación sexual. Debe tomarse una hora antes de empezar la actividad sexual y su efecto dura hasta 5 horas.

El avanafilo, su nombre comercial es Spedra, actúa aumentando el flujo sanguíneo en el pene siempre en presencia de estimulación sexual. Debe tomarse 30 minutos antes de comenzar la relación sexual y su efecto puede durar hasta 6 horas. Al igual que los dos anteriores medicamentos, su eficacia se puede ver afectada por la ingesta de comidas ricas en grasas.

Medicina regenerativa

A nivel experimental se ha empezado a administrar plasma rico en plaquetas, inyectado en la estructura del pene con el objetivo de regenerarla. Aunque es cierto que aún no se ha alcanzado un grado de evidencia científica alto.

De manera aún más principiante se encuentra la administración de células madre de la médula ósea en los cuerpos cavernosos del pene.

Prótesis de pene

En aquellos pacientes que a pesar de todos los tratamientos citados no responden a ellos, puede estar indicada la cirugía de prótesis de pene, que se ha perfeccionado los últimos años, con índices de satisfacción por encima del 80 por ciento.

Diagnóstico

La excitación sexual masculina es un proceso que compromete al cerebro, las emociones, las hormonas, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos.

La disfunción eréctil puede ser el resultado de un problema con alguno de dichos factores, así como el estrés y las inquietudes relacionadas con la salud mental pueden provocar impotencia.

Para que un diagnóstico sea lo más correcto posible es necesario que el paciente se someta a revisiones médicas. Una consulta con el afectado puede revelar factores psicológicos desconocidos y que estén implicados en el trastorno de las erecciones.

Es importantísimo descartar la depresión, que no siempre muestra su cara.

Actualmente existen diversos test que ayudan a diagnosticar un pronóstico de disfunción eréctil. Los especialistas suelen emplear dos: el IIEF (Índice Internacional de la Función Eréctil) o SHIM (Índice de salud sexual para el varón), variante reducida del IIEF que consta de 5 preguntas y presenta unas elevadas especificidad y sensibilidad. Una puntuación menor o igual a 21 demuestra síntomas de disfunción eréctil.

Los especialistas recomiendan calcular los niveles de testosterona, sobre todo si la impotencia está asociada a la falta de deseo.

Conclusiones

La disfunción eréctil o impotencia aparece con más frecuentemente en hombres de más de 40 años. Entre los 40 y los 70 años, se ha comprobado que 30 de cada 100 hombres sufren algún tipo de disfunción eréctil, que puede ser más o menos severa, dependiendo de los factores.

Actualmente, este problema ha aumentado entre los más jóvenes, el estrés, la ausencia de educación sexual en familias y colegios, falsas expectativas del comportamiento sexual generadas por los medios sociales o las redes o, incluso, por antecedentes de abuso, son alguno de los motivos.

No hay que caer en el desánimo ni en el victimismo, en cuanto se diagnostique este problema hay que tomar una serie de medidas personales como:

  • Prepararse psicológicamente y acudir a un profesional, siempre te escuchará.
  • Dialogar con su pareja sobre los problemas emocionales.
  • Intentar el coito aunque el pene no esté erecto (el coito es el estimulante sexual más enérgico).
  • Hacer una prueba con algún dispositivo mecánico estimulante.

La mujer tiene un papel indispensable en esta situación y en el proceso de recuperación de su pareja. La ayuda que puede proporcionar es:

  • Realizar masajes en los genitales de su compañero, que ayuden al hombre a conseguir una estimulación suficiente.
  • Calificar siempre positivamente el comportamiento sexual del hombre si logra la penetración, para así aumentar su autoestima, tema vital para los hombres con este problema. Tener siempre mucho diálogo y comprensión.
  • Un juego previo apasionado casi siempre produce una respuesta eréctil en el pene del varón.

En personas en la tercera edad, ésta parece afectar al tiempo necesario para excitarse, para la erección y la eyaculación. Todo ello se considera completamente normal.

Si tienes problemas de disfunción eréctil o impotencia, en Ipsia Psicología contamos con psicólogos expertos en el tema que pueden ayudarte.