¿Te han diagnosticado TLP y probado terapia psicológica pero no te ayuda
a mejorar tus síntomas?
¿Te gustaría notar los cambios psicológicos y sintomáticos del diagnóstico de TLP de forma rápida?
¿Quieres un tratamiento personalizado
para cambiar tus
síntomas disminuyendo o sin medicación?
¿Tienes problemas de hiperactivación, ansiedad, hiperactividad, impulsividad?
¿No has conseguido
resultados esperados? Prueba Neurofeedback
Tu cerebro tiene la huella de tus aprendizajes pasados, es necesario cambiar su funcionamiento para cambiar los síntomas de TLP.
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Sesión 1- QEEG (Mapeo cerebral):
En la 1ª sesión un mapeo cerebral o qEEG (electroencefalograma), que es una evaluación neurofisiológica de la actividad cerebral.
Podemos observar cómo se comportan las diferentes áreas cerebrales segundo a segundo, conociendo su actividad y el tipo de comunicación entre localizaciones.
Sesión 2- Informe y devolución de información:
Se realiza un informe de más de 40 páginas, con todos los indicadores relevantes que están generando las dificultades y síntomas del Trastorno Límite de Personalidad, junto con las referencias científicas relacionadas con TLP.
Podemos comparar la actividad cerebral de cada persona con la de personas de la misma edad y sexo y así conocer dónde hay más desviación de la normalidad.
Sesión 3 – Tratamiento de Neurofeedback.
En la 2ª o 3ª sesión se inicia el entrenamiento propuesto y explicado. Cada 15-20 sesiones se hace otro mapeo para comparar cómo estaba el cerebro antes y después del tratamiento y así conocer los cambios producidos.
Los diagnósticos psicológicos habituales diferencian a las personas según los síntomas y las conductas, pero hasta ahora no se podía conocer la actividad de su cerebro.
Gracias a la tecnología QEEG ( Electroencefalografía) podemos conocer la actividad cerebral, para hacer un diagnóstico electrofisiológico, y con Neurofeedback podemos hacer que la persona con diagnostico de TLP aprenda a cambiar sus patrones cerebrales.
El Neurofeedback es una técnica de entrenamiento cerebral basada en EEG que permite a la persona regular su actividad neuronal en tiempo real. El objetivo es normalizar patrones de activación cerebral alterados, mejorar la autorregulación emocional y aumentar la resiliencia frente al estrés.
En el caso del TLP, el Neurofeedback busca:
Reducir la hiperactivación del sistema límbico (especialmente la amígdala).
Mejorar el equilibrio entre regiones frontales (autorregulación) y regiones subcorticales (respuesta emocional).
Incrementar la conectividad funcional entre hemisferios (procesamiento emocional coherente).
Disminuir patrones cerebrales desorganizados o hipocoherentes típicos en pacientes con disfunción emocional crónica.
Las personas con Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) presentan patrones cerebrales específicos que se observan mediante técnicas de neuroimagen y mapeo cerebral cuantitativo (QEEG). Estos patrones están relacionados con síntomas como la impulsividad, la inestabilidad emocional y la dificultad para regular el comportamiento. Gracias al Neurofeedback, es posible entrenar esas regiones cerebrales para mejorar su autorregulación.
Una de las características centrales del TLP es la dificultad para inhibir impulsos, especialmente en situaciones de estrés o amenaza percibida. Esta desregulación está asociada con un funcionamiento reducido del córtex prefrontal, particularmente en las áreas orbitofrontales y ventromediales, responsables del control de la conducta y la toma de decisiones adaptativas.
En un estudio clásico, Soloff et al. (2003) evaluaron a mujeres con TLP mediante escalas clínicas de impulsividad (BIS) y agresividad (LHA), combinadas con neuroimagen funcional (PET). Encontraron una disminución del metabolismo en las áreas 9, 10 y 11 de Brodmann, lo que refleja una menor actividad del córtex prefrontal comparado con un grupo control. Además, cuanto menor era esta actividad, mayores eran las puntuaciones en impulsividad y agresividad.
Estas áreas frontales mantienen una conexión directa con la amígdala, el principal centro de procesamiento de amenazas y emociones intensas. Cuando la función del córtex prefrontal está comprometida, disminuye su capacidad para modular o “frenar” la activación de la amígdala, lo que contribuye a respuestas impulsivas, explosivas o desproporcionadas.
El córtex orbitofrontal participa en el procesamiento de recompensas (O’Doherty et al., 2001), mientras que el ventromedial facilita decisiones adaptativas ante recompensas o castigos (Cools et al., 2002).
Con Neurofeedback, entrenamos estas regiones prefrontales para mejorar la inhibición de impulsos y favorecer una respuesta más consciente y adaptada. Al incrementar su actividad, se potencia su rol regulador sobre la amígdala.
La serotonina también juega un papel clave en el control de la impulsividad y la agresividad. Niveles adecuados de serotonina facilitan la reflexión, la toma de decisiones y el control de las emociones. A nivel cerebral, se ha observado que la serotonina aumenta la actividad del córtex prefrontal, especialmente en las áreas 11 y 12 de Brodmann, lo que ayuda a frenar reacciones impulsivas automáticas y promueve conductas más deliberadas.
Otra característica fundamental del TLP es la hipersensibilidad emocional, es decir, una reactividad emocional desproporcionada, intensa y de inicio súbito. Esto está estrechamente vinculado con una sobreactivación de la amígdala, especialmente en situaciones sociales ambiguas o estresantes.
El estudio de Donegan et al. (2003) comparó imágenes cerebrales de pacientes con TLP y controles mientras observaban rostros. Los pacientes con TLP mostraron una mayor activación de la amígdala, incluso ante expresiones faciales neutras, que interpretaban como amenazantes. Esta hiperactivación está relacionada con la dificultad para interpretar con precisión las intenciones de los demás y con una mayor vulnerabilidad al rechazo y la crítica.
Al reducir la activación de la amígdala mediante Neurofeedback, se consigue una mayor estabilidad emocional, mejorando la capacidad de la persona para responder de forma más calmada, flexible y adecuada a situaciones sociales y emocionales.
Con protocolos específicos de Neurofeedback, podemos:
Incrementar la actividad del córtex prefrontal, mejorando el control ejecutivo y la inhibición de respuestas impulsivas.
Disminuir la hiperactivación de la amígdala, reduciendo la reactividad emocional y el miedo social.
Reorganizar la conectividad entre regiones cerebrales, ayudando a que el cerebro funcione de forma más coherente y adaptativa.
Esto se traduce en mejoras visibles en el comportamiento, el estado de ánimo y las relaciones interpersonales de las personas con TLP.
El Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) requiere un enfoque multidisciplinar. No existe un único tratamiento eficaz para todos los casos, pero sí sabemos que combinar distintas estrategias terapéuticas aumenta significativamente las probabilidades de mejora.
El cerebro funciona a través de procesos eléctricos y químicos que se influyen mutuamente. Por eso, tiene sentido que intervenciones como la medicación, la terapia psicológica y el Neurofeedback puedan actuar en diferentes niveles del sistema nervioso.
Los fármacos pueden ser útiles para estabilizar el estado de ánimo, reducir la ansiedad o tratar síntomas depresivos que acompañan al TLP. Aunque no curan el trastorno, ayudan a que el cerebro funcione de forma más equilibrada en el plano neuroquímico, facilitando el trabajo terapéutico posterior.
El Neurofeedback no actúa desde la química, sino desde la actividad eléctrica cerebral. Se basa en un principio clave de la neurociencia: la plasticidad cerebral.
Nuestro cerebro se reconfigura constantemente en función de las experiencias que vivimos. Cuando entrenamos repetidamente ciertos patrones, el cerebro aprende a autorregularse, reorganizando sus redes neuronales para funcionar de forma más estable y eficiente. Esto es especialmente importante en personas con TLP, cuyo cerebro tiende a la desregulación emocional, impulsividad y reacciones exageradas ante el estrés.
A diferencia de la psicoterapia, el Neurofeedback no trabaja desde la palabra, sino desde el entrenamiento directo del cerebro. No busca comprender los conflictos personales, sino modificar los circuitos neuronales desorganizados mediante repetición y refuerzo. Es un entrenamiento neurofisiológico que complementa muy bien el trabajo psicológico.
La terapia psicológica es fundamental para trabajar las causas profundas del TLP. Aporta herramientas cognitivas y emocionales para enfrentar los síntomas y comprender el origen de los mismos.
A través de un proceso terapéutico individualizado, la persona con TLP puede:
Comprender qué experiencias de vida han contribuido a sus síntomas.
Aprender a detectar y cambiar patrones de pensamiento y conducta disfuncionales.
Desarrollar estrategias para regular emociones intensas y actuar de forma más reflexiva.
Entender cómo sus relaciones actuales están influenciadas por heridas emocionales pasadas.
Procesar experiencias traumáticas que han dejado una huella duradera en el sistema nervioso.
La psicoterapia no solo busca aliviar síntomas, sino también promover el crecimiento personal, la autonomía emocional y la estabilidad en las relaciones.
¿Qué abordaje ofrecemos en nuestro centro?
En nuestro centro de psicología contamos con un equipo especializado y coordinado para tratar el Trastorno Límite de la Personalidad desde una perspectiva integradora:
Psicólogos clínicos expertos en el tratamiento del TLP, con enfoque en terapias basadas en la evidencia (como DBT o MBT).
Psiquiatras que valoran la necesidad de medicación y ajustan el tratamiento farmacológico según cada caso.
Profesionales formados en Neurofeedback y neurociencia clínica, que diseñan programas de entrenamiento cerebral individualizados.
Cada intervención cumple una función distinta y complementaria. No se trata de elegir entre una u otra, sino de combinarlas según las necesidades específicas de cada persona.
Bazanova et al. (2014) demostraron que los entrenamientos centrados en aumentar las ondas alfa y SMR (ritmo sensorimotor) pueden mejorar la estabilidad emocional y la regulación conductual en personas con trastornos de disregulación emocional, incluyendo el TLP.
En un estudio con adolescentes, Konicar et al. (2015) aplicaron Neurofeedback en jóvenes con diagnóstico de TLP y observaron mejoras en el control de impulsos, la regulación emocional y una notable disminución en las conductas autolesivas.
Desde una perspectiva más amplia, Sitaram et al. (2017, Nature Reviews Neuroscience) señalaron que la neuroretroalimentación permite modular redes cerebrales clave, como la red por defecto, la red ejecutiva y la red saliente. Estas redes están profundamente implicadas en fenómenos comunes del TLP, como la disociación, la labilidad emocional y la alteración del sentido de identidad.
Dos de los referentes internacionales en el tratamiento del trauma complejo y el TLP, Sebern Fisher y Bessel van der Kolk, han sido pioneros en integrar el Neurofeedback dentro del abordaje terapéutico de estos pacientes.
Sebern Fisher, psicoterapeuta con más de 20 años de experiencia en trauma del desarrollo, explica en su libro Neurofeedback in the Treatment of Developmental Trauma (2014) que:
“En pacientes con TLP no hay regulación emocional. El Neurofeedback le da al cerebro la posibilidad de aprender a calmarse y a autoorganizarse.”
Fisher ha trabajado extensamente con personas con TLP, especialmente aquellas con historia de trauma temprano, y afirma que el Neurofeedback facilita la organización neuronal necesaria para que las intervenciones psicológicas tengan efecto. Según su experiencia, mejora el sentido de identidad, disminuye la reactividad emocional y potencia la capacidad de mentalización.
Bessel van der Kolk, psiquiatra de renombre y fundador del Trauma Research Foundation (anteriormente The Trauma Center at JRI), ha incorporado el Neurofeedback en su modelo de tratamiento integral del trauma complejo, que incluye también yoga, EMDR, psicoterapia somática y atención plena. En sus palabras:
“El Neurofeedback ofrece a los pacientes una forma de restablecer el equilibrio en sus cerebros desregulados. No les enseña a reprimir emociones, sino a sintonizar con ellas sin ser arrastrados por ellas.”
(The Body Keeps the Score, 2014)
Van der Kolk ha apoyado múltiples investigaciones piloto en su instituto, donde los resultados con Neurofeedback han sido positivos en poblaciones con trauma complejo, disociación y síntomas compatibles con el TLP.
Área | Mejoras observadas | Evidencia científica o clínica |
---|---|---|
Regulación emocional | Menos reactividad ante el rechazo, mayor tolerancia a la frustración | Meureid et al. (2016): estudio clínico mostró reducción significativa en desregulación emocional tras Neurofeedback. Sebern Fisher (2014): en casos clínicos, se observa reducción de estallidos emocionales tras 20 sesiones. |
Impulsividad | Reducción de conductas autolesivas, compras impulsivas, adicciones | Konicar et al. (2015): adolescentes con TLP presentaron mejoras en control de impulsos y disminución de autolesiones. Soloff et al. (2003): identifican hipoactividad en áreas prefrontales vinculadas a impulsividad; Neurofeedback se dirige a mejorar esa función. |
Estado de ánimo | Menor labilidad emocional, reducción de síntomas depresivos | Bazanova et al. (2014): el entrenamiento en SMR y alfa se asocia con mayor estabilidad afectiva y reducción de estados depresivos. Sitaram et al. (2017): revisión señala que el Neurofeedback modula redes que influyen en la regulación emocional y el humor. |
Identidad / disociación | Sensación más estable del “yo”, disminución de la disociación | Fisher (2014): el entrenamiento reduce síntomas disociativos frecuentes en TLP y trauma complejo. Van der Kolk (2014): observó mejoras en sentido de identidad y cohesión del self tras Neurofeedback, especialmente en pacientes traumatizados. |
Relaciones interpersonales | Mejora en la percepción de intenciones ajenas, menos conflictos | Donegan et al. (2003): muestran hiperactivación de la amígdala ante caras neutras en TLP. Neurofeedback ayuda a reducir esa hiperactivación, mejorando la percepción social. Fisher destaca que al calmar la reactividad emocional, las relaciones se vuelven menos reactivas y más seguras. |
Sueño y activación fisiológica | Disminución del insomnio y de la hiperactivación vegetativa | Hammond (2005): Neurofeedback mejora el sueño al reducir la hiperactivación cortical. En múltiples estudios de trauma y ansiedad comórbida con TLP, se observan mejoras del sueño y reducción del arousal simpático tras entrenamiento en alfa y SMR. |
Desde la neurociencia, el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) se comprende no solo como un problema psicológico, sino también como una alteración en el funcionamiento de determinados circuitos cerebrales. Numerosos estudios de neuroimagen han identificado tres áreas especialmente afectadas:
Corteza prefrontal dorsolateral e inferior: responsables del control inhibitorio y la regulación cognitiva de las emociones. En el TLP, estas regiones muestran una actividad reducida, lo que dificulta frenar impulsos, reflexionar antes de actuar o mantener la estabilidad emocional.
Amígdala e ínsula: estructuras clave en el procesamiento emocional, la detección de amenazas y la activación fisiológica. Las personas con TLP muestran una hiperactivación de la amígdala, especialmente ante estímulos sociales ambiguos o el rechazo, lo que explica su reactividad emocional y su sensibilidad extrema.
Red por defecto (Default Mode Network): implicada en la auto-representación, la introspección y el sentido de identidad. En el TLP, esta red funciona de forma inestable, favoreciendo la disociación, los pensamientos intrusivos y la fragmentación del “yo”.
El Neurofeedback permite entrenar directamente estas redes cerebrales, ayudando al cerebro a autorregularse a través de la experiencia directa, sin necesidad de verbalización. Esto lo convierte en una herramienta especialmente útil para personas con TLP que tienen dificultades para acceder cognitivamente a sus emociones, o que se disocian con facilidad durante el proceso terapéutico tradicional.
Al tratarse de un entrenamiento neurofisiológico no verbal, el Neurofeedback refuerza las funciones cerebrales necesarias para la autorregulación emocional, la integración del self y la estabilidad conductual, creando una base más sólida para el trabajo psicoterapéutico posterior.
Neurofeedback es un tratamiento con base científica en la Neurociencia que cambia la actividad eléctrica del cerebro, por medio de tecnología con capacidad para conocer la actividad del cerebro, y dar retroalimentación en los cambios y progresos, consiguiendo mejoras en la actividad neuronal.
El Neurofeedback cambia la conducta de nuestras neuronas, enseñando a autorregularse al cerebro, reforzando la actividad cerebral saludable, para cambiar la que es disfuncional. Neurofeedback es seguro, no es invasivo ni tiene efectos secundarios, y produce cambios duraderos en la actividad del cerebro.
El Neurofeedback viene de los avances e investigación de la neurociencia y la psicometría, y su aplicación junto con la psicología clínica.
Esta técnica funciona por condicionamiento operante, y es no invasiva e indolora.
Se entrena a la persona con reforzamientos para conseguir los patrones neuronales de ondas del cerebro que son funcionales e inhibiendo los que son disfuncionales o generan sufrimiento, producen síntomas y estados psicológicos desagradables.
Por medio del entrenamiento, el ordenador le señala a la persona en el momento en el que consigue funcionar de la forma que se le pide, la pantalla sirve como «un reflejo» de la actividad cerebral, y la persona aprende a mirar en ese «espejo», ver el funcionamiento de su cerebro y aprender a cambiar los patrones cerebrales.
Con una terapia de Neurofeedback la persona consigue aprender a regularse y producir la actividad cerebral más apropiada para cada uno, y aprende también a dejar de realizar los patrones cerebrales que nos llevan al desequilibrio.
Electroencefalograma (qEEG) o Mapeo Cerebral
Antes del entrenamiento en Neurofeedback se realiza una medición del funcionamiento cerebral, un Electroencefalograma (qEEG), que es una medición totalmente objetiva de cómo funciona el cerebro, para ellos se colocan sensores en el cuero cabelludo que captan la actividad electrica del cerebro en sus diferentes partes, es indoloro y no invasivo.
En nuestro centro tenemos psicólogos especialistas en Neurociencia que analizan el mapa cerebral para determinar cómo está funcionando el cerebro, y qué áreas hay que entrenar.
Los tratamientos son totalmente individualizados a cada caso, y además con el mapa cerebral tenemos una medición objetiva para después del tratamiento ver cómo ha mejorado. El electroencefalograma (qEEG) ha demostrado ser una prueba objetiva y fiable para detectar problemas del funcionamiento cerebral y sirve como prueba de ayuda diagnóstica para diferentes problemas psicológicos, psiquiátricos y neurológicos.
Aunque las personas tengan un diagnóstico, se ha demostrado que existen diferentes subtipos de actividad neuronal de algunos diagnósticos, que
funcionan cerebralmente distintos unos de otros aunque tengan los mismos síntomas o parecidos. Por ello es necesario realizar una prueba objetiva e individualizada, para ser precisos con el problema individual de cada uno, y para su posterior tratamiento.
Se entrega un informe personalizado de la actividad cerebral con imágenes de su actividad y con más de 40 páginas, con las referencias científicas encontradas relacionadas con su problemática y el tratamiento personalizado a seguir.
Neurofeedback (qEEG)
Después de la evaluación personalizada con el mapa cerebral, el profesional que analiza el mapa consigue ver las áreas del cerebro con las que hay que trabajar con el tratamiento con Neurofeedback.
En el tratamiento de Neurofeedback se ponen sensores en el cuero cabelludo, que no son invasivos, ni producen electricidad, solo registran la actividad del cerebro, para enviarlas a un ordenador que procesa la información y proporciona una retroalimentación o «feedback» cuando la persona aprende a llegar a la actividad cerebral que queremos, consiguiendo así que la persona aprenda sobre su propia actividad neuronal, aprendiendo a regularse a si mismo por el entrenamiento.
El Neurofeedback proporciona información directa sobre la actividad de su cerebro que no consigue ninguna otra técnica, y da registros de cada entrenamiento, la persona aprende a regular su actividad cerebral de forma rápida, consiguiendo cambios en sus estados físicos y psicológicos.
Se proporcionará además entrenamiento en Biofeedback si fuera necesario para la persona dentro de las sesiones, que es útil para aprender a regular síntomas físicos y a conectar con el cuerpo.
Cada 15-20 sesiones se hará una evaluación para comparar los resultados de antes y después de tratamiento.
El EEG (electroencefalograma) es una técnica que mide la actividad eléctrica del cerebro mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo. Se utiliza para evaluar los patrones de ondas cerebrales que están relacionados con funciones cognitivas, emocionales y comportamentales. En nuestro contexto clínico, miramos el EEG segundo a segundo, buscando patrones indicadores de trastornos psicológicos, como TDAH, ansiedad, depresión, y trastornos del sueño, proporcionando información útil para el diagnóstico y tratamiento de neurofeedback.
LORETA (Low-Resolution Electromagnetic Tomography) es una técnica de análisis de EEG que permite estimar las fuentes de actividad eléctrica en el cerebro en tres dimensiones, es decir, muestra dónde en el cerebro se originan las señales eléctricas observadas en el cuero cabelludo. LORETA ayuda a localizar con mayor precisión la actividad cerebral subyacente asociada con diferentes estados mentales, emociones o funciones cognitivas, y se utiliza comúnmente en el análisis clínico de qEEG.
Software de análisis de EEG que utilizamos para conocer la actividad cerebral, permite cuantificar las frecuencias cerebrales en Mapeo Cerebral con la que podemos conocer todas las características de la actividad. Además, compara la actividad cerebral de cada persona con su mismo grupo de edad y sexo, y por lo tanto conocer como de diferente se encuentra la actividad cerebral respecto una media. Con esto podemos identificar indicadores neurofisiológicos causantes de los síntomas.
Podemos conocer la distribución de las diferentes frecuencias en el cerebro de una persona observando los niveles de actividad cerebral en microvoltios cuadrados (uV²). Esto permite identificar patrones anormales o inusuales de actividad cerebral y conocer la organización del cerebro.
Podemos conocer las relaciones entre diferentes localizaciones con las medidas de coherencia, fase y simetría, así como las relaciones entre las diferentes frecuencias en cada localización, conociendo una parte importante del funcionamiento de la actividad cerebral de cada persona.
Con nuestros programas podemos comparar la actividad cerebral ANTES y DESPUÉS del tratamiento. De forma que podemos conocer si las frecuencias han cambiado, qué porcentaje ha cambiado y si el cambio ha sido totalmente debido al tratamiento.
De esta forma realizamos un tratamiento totalmente personalizado y ajustado a todos los cambios que se van produciendo y podemos observar los cambios reales en nuestra actividad neuronal.
El neurofeedback es una técnica de entrenamiento cerebral que se basa en el monitoreo en tiempo real de la actividad eléctrica del cerebro, utilizando un electroencefalograma (EEG) que mide la actividad del cerebro, y proporciona retroalimentación (feedback) en tiempo real cuando el paciente responde de la forma que se le ha pedido.
El objetivo es enseñar al cerebro a autorregularse y mejorar su funcionamiento. Es como ir al gimnasio, pero en vez de ejercitar tus músculos, entrenas a tu cerebro para que funcione de manera más eficiente y equilibrada.
El ordenador capta tus ondas cerebrales y te indica cuándo tu cerebro está funcionando de la forma que le pide el psicólogo y que previamente ha programado. Cuando tu cerebro está en el estado deseado (por ejemplo, produciendo ondas alfa con ojos cerrados en zona parietal , relacionadas con la relajación), el sistema te proporciona señales para seguir con ese refuerzo, solo hay que seguir el refuerzo. Al inicio no sabrás cómo has conseguido que aparezca la señal, pero poco a poco vas aprendiendo qué hay que hacer.
Si tu cerebro no consigue la activación neuronal que se le pide, la retroalimentación que da el programa cambia, avisándote que no estás consiguiendo la actividad neuronal , incentivando al cerebro a corregir el patrón, y con las sesiones, a hacerlo cada vez mejor. Este cambio es duradero en el tiempo, ya que el cerebro ha aprendido de forma implícita a mantenerse en ese estado óptimo.
Este entrenamiento tiene un efecto acumulativo: cuanto más practicas y recibes retroalimentación, más eficaz se vuelve tu cerebro para alcanzar esos estados óptimos sin necesidad de retroalimentación externa. El proceso de aprendizaje implícito asegura que el cerebro adopte nuevas formas de funcionar sin esfuerzo consciente, mientras que el aprendizaje explícito te permite tener un papel más activo y consciente en el proceso.
No. El diagnóstico de TLP debe hacerlo un profesional clínico a través de entrevistas, cuestionarios y observación. El QEEG complementa esta evaluación, aportando datos objetivos sobre el funcionamiento cerebral que permiten entender mejor la causa de los síntomas y diseñar un tratamiento personalizado.
Depende de cada caso, pero en general entre 20 y 40 sesiones son necesarias para observar mejoras significativas. Cada sesión suele durar unos 30-45 minutos y es recomendable realizar 2-3 por semana para consolidar el aprendizaje cerebral.
Vamos a explicar esto:
El aprendizaje implícito es un tipo de aprendizaje que ocurre de manera automática, no voluntaria o no deliberada. No requiere de un esfuerzo consciente o reflexión activa para adquirir una nueva habilidad. Por ejemplo, cuando aprendes a montar en bicicleta, al principio requieres atención y concentración para equilibrarte, pedalear y dirigir, pero no necesitas entender las leyes físicas necesarias. Sin embargo, después de practicar, tu cerebro y cuerpo integran estas habilidades y ya no necesitas pensar activamente en cada paso: se convierte en un proceso automático, sin pensar en lo que haces. Lo mismo ocurre en cualquier otra acción que hacemos sin pensar en cómo se hace, gracias a que se han integrado esos patrones de movimiento en el sistema nervioso a través del aprendizaje implícito.
En el contexto del Neurofeedback, este tipo de aprendizaje es crucial, ya que el cerebro aprende a autorregularse sin que la persona tenga que pensar conscientemente en cómo hacerlo, solo siguiendo los reforzadores. Esta es una diferencia importante con la terapia, ya que en esta se busca un aprendizaje explícito, un proceso que involucra consciencia, reflexión deliberada y procesamiento activo de la información para reconocer y modificar patrones de pensamiento o comportamiento a través de un proceso de reflexión y aplicación activa de técnicas aprendidas.
Este proceso de aprendizaje implícito lleva al cerebro a cambiar sus patrones neuronales de forma duradera. Al repetir estas sesiones de neurofeedback, los nuevos patrones de actividad cerebral se refuerzan y el cerebro se habitúa a funcionar de manera más equilibrada y eficiente incluso fuera de las sesiones. Es decir, el cerebro se entrena para operar en un estado óptimo sin necesitar la retroalimentación constante. Igual que cuando vamos al gimnasio, los músculos están más fuertes para el resto de cosas de la vida, sucede lo mismo con el neurofeedback.
Para conocer qué protocolos de entrenamiento utilizar, en qué localizaciones del cerebro, y que frecuencias reforzar, necesitamos hacer una evaluación o mapeo cerebral para conocer de forma exhaustiva la actividad cerebral y su funcionamiento. Esto es recoger la actividad cerebral tal y cómo sucede de forma natural por medio de un casco que tiene sensores que recogen la actividad neuronal. Esa actividad la estudiamos segundo a segundo, la interpretamos con la evidencia científica que tenemos y con los síntomas que presenta la persona, y la comparamos con una base de datos de miles de personas con la misma edad y sexo y LORETA (Low-Resolution Brain Electromagnetic Tomography) .
Con todo esto conseguimos mucha información para hacer un entrenamiento lo más individualizado posible.
Además , utilizamos la técnica LORETA (Low-Resolution Brain Electromagnetic Tomography) para conseguir más datos del cerebro y su diagnóstico. Es una técnica avanzada de neuroimagen que permite localizar la actividad eléctrica del cerebro en tres dimensiones (3D) utilizando datos de electroencefalografía (EEG). Permite identificar qué regiones del cerebro están activas en un momento dado, a diferencia de un EEG, que solo muestra las ondas cerebrales en la superficie, LORETA puede inferir la localización en profundidad de la actividad cerebral, ayudando a mapear la actividad eléctrica en áreas internas del cerebro y viendo el origen en la localización de la frecuencias. El objetivo principal de LORETA es la reconstrucción de fuentes neuronales, es decir, determinar qué regiones profundas del cerebro están activas a partir de los datos obtenidos del EEG, que mide la actividad eléctrica en el cuero cabelludo. Esto se basa en modelos matemáticos y algoritmos que hacen posible estimar la localización tridimensional de la actividad cerebral.
La intención de hacer un tratamiento guiado con qEEG es conseguir un tratamiento personalizado o Medicina Personalizada. Esto permite una intervención más precisa y eficaz, individualizando el tratamiento totalmente. De este modo, se mejoran los resultados y se reducen los efectos secundarios, ya que el tratamiento está optimizado según las características biológicas de cada individuo.
El neurofeedback guiado por qEEG es un claro ejemplo de medicina personalizada porque adapta el tratamiento a los patrones cerebrales únicos de cada paciente y se va modificando el tratamiento y ajustándolo a la nueva información.
El neurofeedback guiado por qEEG es una herramienta que puede ser útil para una amplia variedad de personas, especialmente aquellas que buscan mejorar su bienestar psicológico o tratar síntomas de forma no invasiva y personalizada. Aquí te explico en qué casos puede ser útil y cómo puede beneficiarte:
Aunque el neurofeedback guiado por EEG es una técnica no invasiva y generalmente bien tolerada, es importante comprender que, como cualquier tratamiento efectivo, puede tener algunos efectos secundarios. Estos efectos son leves y temporales en la mayoría de los casos, y surgen principalmente cuando el cerebro se está ajustando a los nuevos patrones de actividad que se están entrenando.
Nuestro equipo te irá preguntando por los síntomas que vas teniendo sesión a sesión, ya que esa información es útil para ir cambiando los protocolos según los vayamos sintiendo. Los síntomas que experimentamos, ya sean de índole emocional o conductual, son reflejos de estados fisiológicos subyacentes, principalmente de activación o letargo del cerebro. Los síntomas son indicadores fisiológicos de un desequilibrio en los patrones de activación cerebral, lo que significa que la regulación de los patrones neuronales tiene un impacto directo en el alivio de los síntomas.
¿Por qué es normal que haya efectos secundarios?
Si neurofeedback fuera completamente neutral y no produjera ningún efecto, positivo o negativo, no estaría generando cambios reales en el cerebro. Esto indicaría que no sería más efectivo que un placebo. Sin embargo, dado que el neurofeedback entrena directamente la actividad cerebral, se están produciendo modificaciones reales en el funcionamiento del cerebro, y es posible que durante este proceso de ajuste aparezcan ciertos efectos secundarios, aunque suelen ser leves y temporales.
Efectos Secundarios Comunes:
Algunos de los posibles efectos secundarios pueden incluir:
¿Cómo se gestionan los efectos secundarios?
Los efectos secundarios del neurofeedback son temporales y pueden gestionarse ajustando el protocolo de entrenamiento cerebral. El terapeuta monitorea de cerca la respuesta del paciente en cada sesión y realiza los cambios necesarios para equilibrar la estimulación cerebral.
Es importante comunicar cualquier incomodidad o efecto no deseado al terapeuta para que pueda ajustar el tratamiento de manera adecuada. De hecho, la personalización del neurofeedback guiado por qEEG permite adaptarlo constantemente para reducir cualquier efecto negativo y mejorar la eficacia del tratamiento.
¿Se puede combinar neurofeedback con medicación o terapia?
Sin problema, es importante comunicar a nuestros psicólogos si estás tomando medicación, y tomar medicación bajo la supervisión de un profesional de la psiquiatría, tanto en nuestro centro como en otro.
Aquí hay algunas consideraciones clave:
1. Medicación y Neurofeedback
2. Terapia y Neurofeedback
El neurofeedback ha sido probado científicamente y se ha utilizado con éxito para tratar una amplia gama de síntomas y condiciones, y aunque el neurofeedback puede ser una herramienta muy poderosa, no es una solución mágica o aislada.
La Importancia del contexto y los hábitos:
Es fundamental entender que nuestra salud cerebral y nuestro bienestar no dependen exclusivamente de las ondas cerebrales o de la actividad neuronal. Vivimos en un entorno social, físico y emocional que también afecta profundamente nuestro estado mental y físico.
Por eso, aunque el neurofeedback puede ayudarte a autorregular tus patrones cerebrales, es igualmente crucial abordar otros aspectos de tu vida para lograr un cambio duradero. A continuación, algunos factores clave que deben acompañar el tratamiento con neurofeedback:
En resumen, el proceso en Neurofeedback consiste en:
C/ Gran Vía 59, 7º centro
Metro: Plaza de España, Santo Domingo, Callao
C/ Paseo Eduardo Dato 13, Madrid
Metro: Rubén Darío, Iglesia