Autoestima

Autoestima

¿Qué es la Autoestima?

La autoestima se la puede definir como el resultado emocional que surge si aceptamos y nos gusta nuestro autoconcepto. Es la valoración, idea o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma, en función de la evaluación de sus sentimientos, pensamientos y experiencias.

La autoestima no surge de evaluarnos positivamente en cada situación, sino de observarnos siendo objetivos y sobre todo, de estimar y aceptar nuestro autoconcepto.

No es un concepto fijo y estable, se manifiesta de forma cambiante en función de nuestra situación vital y nuestras circunstancias y va cambiando a lo largo de nuestra vida.

Tipos de autoestima

Podemos hablar de dos tipos de autoestima, aunque no son ideas excluyentes, pueden referirse a diferentes aspectos del ser humano.

Una persona puede tener una alta autoestima en términos de capacidades intelectuales, pero una baja autoestima en otros ámbitos.

·       Alta autoestima

Las personas con una alta autoestima se caracterizan por tener mucha confianza en sus capacidades. Así, pueden tomar decisiones, asumir riesgos y enfrentarse a tareas con una alta expectativa de éxito.

A medida que nuestra alta autoestima sea mayor nos sentiremos mejor preparados, con mayor capacidad y disposición para realizar diferentes actividades, tendremos mayor ilusión y ganas de compartir con los demás.

·       Baja autoestima

Las personas con baja autoestima se sienten inseguras, insatisfechas y sensibles a las críticas. Otra característica de las personas con baja autoestima puede ser la dificultad de mostrarse asertivas, o sea, de reclamar sus derechos de una forma adecuada.

Este tipo de autoestima puede derivar por diversas razones como la valorización que hacemos hacia nosotros mismos, la opinión que tenemos de nuestra personalidad, nuestras creencias, entre otros, etc.

Y en ocasiones pueden tratar de agradar a los demás para recibir un refuerzo positivo y, de esta forma, aumentar su autoestima.

Autoestima en la adolescencia

Durante la adolescencia es muy común que los jóvenes presenten problemas de autoestima. Es un periodo de crecimiento y desarrollo personal en el que el grupo de iguales, la familia y los medios de comunicación ejercen una gran influencia en la valoración propia de cada persona.

No se trata únicamente del valor que se le da a la apariencia física, sino también a las propias capacidades y habilidades, como, deportivas, intelectuales, sociales, entre otras.

Las expectativas de los demás, los referentes personales y las comparaciones pueden ejercer una fuerte presión y generar inseguridades en el adolescente en esta época de cambios. Por ejemplo, la anorexia y la bulimia, están relacionadas con la imagen y al valor que una persona se da.

¿Qué importancia le damos a la autoestima?

Se puede afirmar que la autoestima es la base de nuestra salud psicológica. Si nuestra autoestima es la adecuada, podremos interactuar con el mundo de forma sana, podremos afirmarnos en cualquier situación y defender nuestros derechos sin alterarnos.

Con una autoestima sana seremos poco vulnerables a los ataques emocionales del entorno y actuaremos con tranquilidad en cualquier situación, aceptándonos de manera incondicional, lo que hará que estemos satisfechos de nuestras reacciones y conductas.

Una autoestima sana previene enfermedades psicológicas como la ansiedad o la depresión. Es también una de los pilares de las relaciones humanas, por tanto, afecta de forma directa a nuestra forma de actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás.

Nada en nuestra manera de sentir, pensar y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.

Una autoestima saludable nos permite tener una serie de conductas y actitudes que tienen efectos beneficiosos para la salud y para nuestra calidad de vida.

Una persona con una autoestima sana:

  • Defiende sus derechos personales incluso aunque encuentre oposición o ataques emocionales.
  • Se siente lo suficientemente segura de sí misma como para cambiar su opinión o su criterio, si la experiencia le demuestra que estaba equivocada.
  • Es capaz de actuar según su propio criterio, y sin sentirse culpable cuando a otros no estén de acuerdo con su manera de actuar.
  • Procura no perder el tiempo preocupándose en de manera excesiva por lo que le haya ocurrido en el pasado, ni por lo que le pueda ocurrir en el futuro. Vive con intensidad el presente.
  • Confía en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse intimidar por los fracasos y complicaciones de la vida, y cuando realmente lo necesita, está dispuesta a pedir la ayuda de otros.
  • Se considera y siente igual que cualquier otro, ni inferior, ni superior; sencillamente, igual en dignidad; y reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o situación económica.
  • Admite que puede ser interesante y valiosa para otras personas.
  • No se deja manipular, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.
  • Reconoce y acepta en sí misma distintos sentimientos y emociones, positivos y negativos.
  • Es capaz de disfrutar con una gran variedad de actividades.
  • Es sensible a los sentimientos y necesidades de los demás; respeta las normas sensatas de convivencia generalmente aceptadas, y entiende que no tiene derecho a divertirse a costa de otros.

Concluyendo, tener una autoestima sana nos aportará numerosos beneficios en todos los aspectos de nuestra vida.

En Ipsia Psicología ofrecemos servicio de terapia a personas que sufren problemas de baja autoestima, con técnicas como EMDR, Neurofeedback, Hipnosis, cognitivo-conductual, etc.

Recibirás atención personalizada y el tratamiento idóneo para tu situación.