Autoestima y terapia de pareja

Terapia de pareja y autoestima

¿Cómo influye la autoestima en la relación de pareja?

Podemos ver el impacto de la autoestima en la relación de pareja, al evaluarnos a nosotros mismos. La autoestima es la percepción que tenemos de lo que somos, de nuestra personalidad y cualidades particulares.

Como ejemplo podemos pensar en un objeto “x” que tengamos en nuestra mano, si lo acercamos demasiado a nuestros ojos se hará borroso y no podremos observarlo nítidamente. Nuestra manera de juzgarnos se construye con base en la comparación de lo que hacemos (las razones por las que creemos hacerlo) y lo que pensamos, con lo que queremos ser o tenemos valuado como valioso o bueno; es decir nuestro horizonte de significado moral.

Sin embargo no basta con ello, un factor de peso que en muchos casos está relacionado con el origen de la baja autoestima, es el trato de los otros hacia uno; mayormente, experiencias en la infancia y adolescencia, periodos de desarrollo en los que se está dando la construcción de la identidad.

La manera en que nos percibimos condiciona nuestro accionar, y por ende las interacciones con los otros; una de las más fuertes manifestaciones de esta se da en las relaciones de pareja. La idealización del amor y lo que representa la pareja, como ser querido y apoyado, actúan para ser blanco de descarga de las inseguridades de la pareja con baja autoestima.

¿Cómo influye tener baja autoestima en la relación de pareja?

  1. La inseguridad

Las personas con baja autoestima poseen tendencias a la desconfianza, por lo que los casos de celos se agravian, aún cuando la pareja no ha demostrado motivos para ello; esto ocurre por la apreciación de sí mismos como “inferiores” a otros, por lo que asumen la preferencia de la pareja por alguien de “mejores cualidades” y se sienten constantemente amenazados.

 

  1. Poca valoración propia

Otra de las maneras de manifestación más común es menospreciar los gestos de afecto y catalogarlos de deshonestos, pues proyectan en el otro la imposibilidad que sienten ellos de apreciarse a sí mismos; por lo cual la relación termina plagada de peleas y acusaciones que pueden no ser más que construcciones mentales de la persona; lo que lleva a su progresivo desgaste.

A quienes tienen baja autoestima le resulta difícil identificar estas conductas de su parte, por lo que termina atribuyéndosele el fracaso amoroso a la idea de no haber sido querido por la pareja. O, si se acepta la responsabilidad en la problemática, se usa esto como una forma de auto flagelarse. En cualquiera de los dos casos, la persona reafirma la imagen que tiene sobre sí como un sujeto no digno de respeto y/o aprecio.

Es mucho más difícil modificar la imagen que se tiene de uno mismo en la adultez, que en la niñez o adolescencia; y el origen de la misma dependerá el desarrollo de esta como problema en las relaciones. Si deriva de una relación de maltrato con los padres o una pareja se presentara con más fuerza, pues la persona buscara constantemente paralelismos en cómo se den las interacciones y puede darse con una arraigada dependencia emocional.

Para sobrellevar una relación, cuando uno de los dos tiene este problema, se debe tener el conocimiento del mismo (por parte de ambos) y realizar un ejercicio de distanciamiento de si, tratar de evaluarse objetivamente, es decir, como si se fuese otra persona; presentando únicamente los hechos. Esta terapia puede ser conducida por un especialista, el cual orientará al paciente en el modo de observarse. La evolución puede ser rápida, siempre que la persona llegue a una racionalización de su condición y a la consciencia de su necesidad de mejorar.

 

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