problemas de alimentación

Psicología infantil: Problemas de alimentación

Cada vez más propagados en el mundo, los problemas de alimentación como el sobrepeso y la obesidad infantil se asocian a factores como la ausencia de actividad física y de las horas de sueño necesarias.

Diferentes problemas de alimentación son de tipo conductual. Con frecuencia los padres de niños pequeños se preocupan por si sus hijos comen demasiado y no lo suficiente o comen alimentos inadecuados.

Los padres deben consultar a un médico si sus hijos:

  • Constantemente hacen comentarios sobre su apariencia o peso.
  • Pierden peso
  • Comienzan a ganar peso a un ritmo más rápido de lo habitual.

Los, trastornos como la bulimia nerviosa o la anorexia, no suelen aparecer hasta la adolescencia.

Niños que comen poco

Los problemas en la nutrición de los niños no tienen que ver con la cantidad y la calidad de los alimentos que forman su dieta, sino con otros factores coligados que tienen su incidencia y que pueden contribuir con el sobrepeso y la obesidad.

Entre estos otros factores podemos destacar desde algunas actitudes de los padres sobre la alimentación de sus hijos, hasta la falta de actividad física y de las horas de sueño necesarias para el bienestar de los pequeños.

En niños de cerca de 1 año de edad es habitual una pérdida de apetito producida por un menor índice de crecimiento.

En cambio, puede surgir un problema de alimentación si los padres o las personas que cuidan del niño intentan obligarle a comer, mostrando excesiva por el apetito o los hábitos alimentarios del pequeño.

La atención que reciben los niños con un problema de conducta alimentaria por parte de los padres, puede recompensar y reforzar la tendencia del niño a negarse a comer. Muchos niños vomitan como respuesta a los intentos de los padres por forzarlos a comer.

Es bueno reducir la tensión y las emociones negativas relacionadas con las horas de la comida. Al niño se le tiene que permitir comer lo que quiera del alimento ofrecido durante las horas de la comida y los refrigerios organizados para la mañana y la tarde.

Hay que limitar los alimentos y líquidos distintos del agua en todos los demás momentos del día. A los niños pequeños se les deben ofrecer 3 comidas y de 2 a 3 refrigerios por día. Las horas de la comida deben establecerse de acuerdo con el momento en que comen los demás miembros de su familia; hay que evitar distracciones, como las mascotas o la televisión. Se debe animar al niño a sentarse a la mesa.

Los niños deben ayudar en la limpieza de cualquier alimento que cae al suelo, bien sea de forma intencionada o no. La utilización de estas habilidades permite equilibrar el apetito del pequeño, la cantidad de alimento ingerido y sus necesidades nutricionales.

Obesidad, sobrepeso y riesgo de subnutrición

Solo dos tercios del total de los menores españoles, están dentro de lo que se considera el peso normal para su edad.

La tercera parte que queda se divide entre el 8,1% que padece sobrepeso, el 9,6% que entra en la categoría de obesidad y un 16,4% que se encuentra en riesgo de subnutrición.

La obesidad infantil, desgraciadamente, es un problema a nivel mundial. Actualmente hay 42 millones de niños menores de cinco años por encima del peso normal.

El crecimiento es exponencial: en 1990 había 32 millones y se estima que en 2025 habrá 70 millones. No es fortuito que la Organización Mundial de la Salud (OMS), la considere una pandemia.

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Ideas equivocadas de los padres

En 4 de cada 10 casos, los adultos tienen una idea acerca del peso de sus hijos que no se corresponde con la realidad. Y en un 13% de los casos, los padres no son conscientes de que su niño padece de sobrepeso u obesidad.

Acierten o no, dos tercios de los padres consideran que sus hijos tienen un peso normal para su edad y estatura. El otro tercio se divide prácticamente en partes iguales, entre los que creen que sus hijos están un poco o muy poco por encima del peso normal y los que ven un poco o muy poco por debajo de la normalidad.

En cambio, cerca de la mitad, (un 43%) de los padres que consideran que el peso de sus niños no es el adecuado para su edad y altura, tampoco toman medida alguna para solucionarlo.

Los que sí hacen algo, suelen llevarlos al pediatra o al médico de familia (40%), al nutricionista (4%), o les ponen a dieta ellos mismos (13%).

La importancia de desayunar mal

Solo uno de cada cinco niños desayuna de manera adecuada, con un lácteo, un cereal y una fruta. Si bien la mayoría (un 83%), consume lácteos en esa primera comida, solo el 12% toma fruta y el 18% bebe zumo natural.

Los especialistas también se alarman de que el almuerzo de uno de cada 10 menores españoles es producto de la bollería industrial, una cifra que se duplica en el caso de la merienda.

Estos alimentos son los más desaconsejados por los expertos, por su alto contenido de grasas saturadas, azúcar y otras sustancias muy poco saludables, en particular para los pequeños.

Dormir menos horas de sueño de las recomendadas

Según verifica la Fundación del Sueño, una institución estadounidense dedicada a la medicina del sueño, los niños de entre 5 y 10 años deben dormir una media de entre 10 y 11 horas diarias.

Después de esa edad y durante la adolescencia, lo recomendado es que lo hagan al menos durante nueve horas seguidas.

Dormir menos de lo recomendable está ligado con un riesgo más alto de padecer sobrepeso y obesidad. Si esto es así, si los menores que no duermen lo suficiente están de peor humor, inquietos e irritables, pueden padecer problemas de crecimiento y tener peor rendimiento escolar, con más probabilidades de sufrir depresión.

Los expertos coinciden en que los niños que duermen mejor son mucho más felices.

Poco ejercicio físico

Igual que el sueño, la actividad física es otro complemento vital para una adecuada alimentación y nutrición infantil. Y es otro aspecto que también se descuida.

El Grupo de Trabajo sobre Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría (AEP), recomienda que los niños realicen al menos una hora diaria de ejercicios, algo que, hasta algunas generaciones atrás, era de lo más habitual.

Sin embargo, el ocio sedentario, muy vinculado a las nuevas tecnologías, ha provocado consecuencias negativas en este sentido.

Informes de hábitos de la salud indican que, casi la mitad de los niños españoles, dedican unas dos horas a la semana a actividades físicas extraescolares. Y en el 14% de los casos, estos ejercicios no alcanzan a la hora semanal.

Entre los niños con peso normal, el porcentaje de los que practican más de dos horas semanales de ejercicio físico es mayor que entre los que sufren obesidad, pero la diferencia es bastante estrecha.

Todas estas recomendaciones tienen una gran importancia, mejorar la atención por el bienestar de la salud de nuestros menores.

Conclusiones de problemas de alimentación en niños

Comer poco o en exceso es un problema, determinado por varios factores. El exceso puede derivar en obesidad infantil.

La mayoría de los problemas alimenticios no duran lo suficiente como para afectar al crecimiento y el desarrollo normal del niño.

La preocupación excesiva que muestran los padres sobre los hábitos alimentarios de sus hijos puede contribuir al inicio de un problema de conducta alimentaria.

Si crees que tu hijo presenta alguno de estos problemas, en Ipsia Psicología contamos con expertos en Psicología Infantil que te ayudarán en lo que necesites. Además, tenemos el servicio de Psicólogo online, para personas que no puedan desplazarse al centro.