Maniobras de intervención psicológica en pacientes con cáncer de mama

Mujer

Psico-oncología

La psico-oncología es una especialidad relativamente nueva en nuestro país. Los profesionales que la ejercen, oncólogos, psicólogos y psiquiatras, dedican su tiempo a la prevención, el diagnóstico precoz, la evaluación de las necesidades psicosociales, el tratamiento de psicopatologías ligadas a la enfermedad neoplásica, la rehabilitación psicológica y social de pacientes oncológicos, el apoyo a pacientes y familiares que ingresan a un programa de cuidados paliativos; como así también a mejorar las competencias comunicativas y de interacción de los miembros de los equipos de salud oncológicos. Para ello puedes contar con nuestro centro de psicólogos especialistas psico-oncología en Madrid.

Enfermar lo podemos catalogar como algo “normal”. Todo ser humano a lo largo de su vida enfermará en diversas circunstancias, con distinto grado de severidad y con consecuencias disímiles. El ser humano enfermo puede ser considerado y estudiado desde múltiples puntos de vista: médico, biológico, bacteriológico, inmunológico, clínico, psicológicos, social, antropológico, etc. (Schavelzon).

La Psico-oncología, Psicología Oncológica u Oncología Psicosocial es una subespecialidad de la oncología, la psiquiatría y la psicología, que entiende al cáncer como una enfermedad multifactorial, tanto en su génesis, como en su tratamiento y evolución. Esta ciencia centra su atención en el paciente, no en la enfermedad que lo aqueja.

Se entiende al enfermo en su totalidad biopsicosocial. Apoya el cuidado clínico del paciente y sus familiares más directos; se preocupa del entrenamiento del personal de salud en el manejo de problemas psicológicos; centra su investigación en los comportamientos relacionados con la prevención del cáncer, en el manejo de las enfermedades psiquiátricas y de problemas psicológicos durante todo el tiempo que dure tratamiento de cáncer, así como también en las últimas etapas de la vida del paciente.

Estructura

La multifactorialidad del cáncer cobra especial significación en el cáncer de mama. Los aspectos sociológicos y culturales asociados al cáncer, hacen que continúe siendo vista, por la mayor parte de nuestra población, como una patología de pronóstico sombrío, devastadora, costosa desde el punto de vista económico, dolorosa a nivel de pareja, compleja a nivel familiar y una amenaza permanente, según el caso, tanto para las sobrevivientes, como para las madres, hermanas, hijas y nietas de éstas.

Si a todo esto le sumamos las hipótesis que apuntan a una supuesta psicogénesis directa del cáncer (lo cual nunca ha sido demostrado científicamente), pero que genera una dosis importante de culpa; nos encontramos frente un escenario muy complejo, donde la paciente deberá verse enfrentada no sólo a los tratamientos médicos, con sus respectivas secuelas orgánicas, estéticas, funcionales y cognitivas, sino que también a múltiples consecuencias psicosociales y familiares.

La estructura psicológica y de personalidad de la paciente; la preexistencia de psicopatologías previas a la aparición del cáncer; la historia oncológica de la paciente, o sea, sus experiencias previas con la enfermedad, las enfermedades neoplásicas de sus familiares directos, amigos y conocidos, el desarrollo y desenlace de las mismas, influirán de forma significativa en la respuesta emocional tras el conocimiento diagnóstico.

La mayor parte de las pacientes diagnosticada con cáncer de mama, independientemente del estadio de la patología que curse, vive un proceso psicológico adaptativo denominado “duelo oncológico”. Consiste en un conjunto de etapas, por los que la paciente pasa durante los meses que siguen al diagnóstico de su enfermedad. Cabe señalar que el duelo oncológico es no sólo muy frecuente, sino que también es, las más de las veces, un mecanismo de reconstitución psíquico fundamental, que le permite a la paciente estructurar una respuesta a los desafíos orgánicos, cognitivos, sociales y emocionales a los cuales se ve enfrentada a partir ese momento.

Existen varias teorías relacionadas con el duelo oncológico, algunas de ellas dividen las etapas de éste en cinco: negación, pena, rabia, negociación y aceptación; otras subdividen estas fases llegando a número total de entre siete y nueve de ellas. A pesar de estas diferencias conceptuales existe un amplio consenso con respecto a las cinco ya citadas.

El proceso de adaptación por la paciente con cáncer de mama generalmente dura alrededor de seis meses. Es importante señalar un grupo importante de pacientes que inician el duelo oncológico hacia el final de los tratamientos médicos. La razón de ello sería que, durante la primera etapa de diagnóstico y tratamiento, privilegian los aspectos médicos por sobre las variables emocionales tanto nivel individual como familiar.

Los principales problemas psicológicos a los que se ven enfrentada las mujeres que cursan un cáncer de mama tienen relación con la sensación de pérdida real o potencial que experimentan. Preguntas como: ¿voy a morir?, ¿voy a perder o voy a conservar mi mama?, ¿voy a seguir siendo sexualmente atractiva?, ¿va ser mi familia capaz de soportar esta situación?, ¿me va apoyar mi pareja durante este proceso de enfermedad?, ¿cuáles van a ser las secuelas que los tratamientos médicos van a producir en mi cuerpo y en mi estado de ánimo?, ¿cómo le explico a mis seres queridos lo que me ocurre?, ¿me están diciendo la verdad o me están ocultando algo?, ¿estoy en manos de un equipo médico competente?, ¿por qué enfermé?, etc.

Solidaridad

La mama

La mama es un órgano con una representación cultural, psicológica, sexual y afectiva muy compleja. Debido a ello el diagnóstico, tratamiento y secuelas del cáncer de mama van a ser percibidos y por la paciente de una forma singularmente delicada. La alteración de la simetría corporal es entendida por la mayoría de las pacientes como una deformidad, incluso una pequeña cicatriz puede llegar a tener una interpretación psicológica de magnitud muchas veces incomprendida por el entorno social y afectivo de la paciente, como así también por el equipo médico que la trata.

Esta deformidad física puede interferir con frecuencia con la continuidad o establecimiento de relaciones íntimas, especialmente en mujeres jóvenes sin parejas estables o en aquellas que mantienen relaciones que eran conflictivas (De Trill, 168). Los efectos del cáncer de mama sobre la autoestima son muy delicados, muchas pacientes van a tener la idea de que a partir del momento es diagnóstico dejaron de ser sexualmente atractivas, de que no volverán a ser capaces de experimentan ni dar placer, e incluso que su capacidad de ser amadas y amar está mermada definitivamente.

Tomando en cuenta lo expuesto, resulta imprescindible contar con un protocolo de intervención psico-oncológica que permita intervenir, predecir, manejar y resolver los diferentes problemas psicosociales a los que puedan enfrentarse las pacientes.

Tratamientos

Para cumplir con cada una de estos objetivos, la psicooncología contempla los siguientes tipos de estrategias:

-Psicoeducación: charlas orientativas, folletos informativos, asistencia a grupos de apoyo formados por pacientes y ex- pacientes, cónyuges, parejas o familiares directos. Nuestro artículo «Psicología y cáncer: Terapia de aceptación y compromiso«, puede ayudarte con el problema.

-Consejería: reuniones individuales con personal de la salud (médicos, psicólogos, psiquiatras, matronas, enfermeras), entrenado para dar respuestas específicas a las distintas necesidades de la paciente y su familia directa; secuelas físicas, cosméticas, funcionales, psicológicas, cognitivas y sociales del cáncer de mama y sus tratamientos.

-Terapia Grupal: Indicada para pacientes o sus cónyuges o parejas. Está dirigida a tratar diversos tipos de problemáticas individuales o de pareja que se potenciaron o aparecieron a raíz del diagnóstico y tratamiento de la paciente.

-Terapia Individual: Indicada para pacientes que presentan problemas psicopatológicos que se potenciaron o aparecieron a raíz del diagnóstico y tratamiento del cáncer.